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MOTIVACIÓN

La historia que vamos a contar me interpela desde un lugar muy personal. Cuando ocurrió la crisis en el 2001, yo era tan solo una niña de 6 años que vivía en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, junto a sus padres. Era una persona muy pequeña, sin conciencia de clase, tan solo un niña que jugaba con sus muñecos, que imaginaba escenarios de fantasía, que le gustaba tener sus ahorros en monedas, ahorros pequeños que sus padres y familiares le iban regalando y que amaba contar esas monedas las veces que podía para ver qué podía comprar o para que le podía alcanzar. Una personita que observaba y aprendía todo aquello que veía y todo aquello que la estaba atravesado por las cosas que estaban sucediendo a su alrededor, por ejemplo los saqueos, los cacerolazos, los vecinos, la gente pidiendo, la violencia, el miedo, mis padres, el trabajo, sus trabajos, el colegio, los compañeritos del colegio, la comida, que se comía, algunas personas que comían, otras no, otras comíamos lo mismo todo los días durante un largo tiempo.

Recuerdo que en mi casa la crisis nos afectó, nosotres no éramos de clase media, ya veníamos de una clase baja trabajadora y aun así la crisis se hizo sentir. El que tenía, ahora tenía menos, el que tenía menos, ya no tenía, y el que no tenía…

A través de este relato propongo ponerme en los zapatos de un niño y de su familia, retratar a una familia de clase media, venida a clase baja, como resultado de las desastrosas políticas económicas de un país como Argentina. Cómo infieren estos hechos y por sobre todo como todos estos hechos son observados y retratados desde la perspectiva de la infancia. El golpe, la falta, la escasez, los privilegios que alguna vez tuvieron y que ya no. Nadie está preparado para el golpe, para la crisis, para ser despojado de sus cosas, de sus derechos.

Ponerme en esos zapatos me impulsa a buscar, en mi memoria, en la de mis padres, en la de mis conocidos, en las personas, personas que sufrieron en carne propia la crisis. Ejercitar mi memoria, para poder reconstruir una memoria colectiva que nos una como sociedad. Me conmueve imaginarme en ese lugar una vez más, verme a mi misma atravesada por las penurias, y ver a más personas en esa circunstancia o en circunstancias similares, sin oportunidades de recuperarse, donde lamentablemente no queda lugar para la fantasía si no para la realidad, para entender que no siempre podremos refugiarnos en ese lugar mágico y que no siempre se puede proteger a los hijos sobre lo que indiscutidamente está sucediendo, por ejemplo quedar al margen del sistema.

Recuerdos, reflexiones, miedos, angustias, preguntas, son varias de las capas que aparecen en esta historia, Existe una transposición de mi yo de la infancia en este personaje, hay rasgos de esa infancia que permanecen en mi.

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