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SINOPSIS

Lautaro es un niño de 9 años, que vive en Buenos Aires, va al colegio por la mañana y generalmente está solo en su casa el resto del tiempo, juega en solitario y le gusta armar escenarios de guerra.


Sus padres salen constantemente a trabajar, y su vecina lo cuida sin mucho incentivo, no se vincula con él, solo le hace la comida. Esta situación lleva al chico a entrar constantemente en un mundo propio imaginario. Allí, él tiene un amigo soldado que lo ayuda a lidiar con su soledad.

Dentro de su mundo imaginario, el pequeño se encuentra en un constante conflicto simbólico. Los juegos de guerra se vinculan con las turbulencias de su vida. El pequeño puede hacer de héroe y enfrentar al “enemigo”. Sin embargo, también es un lugar donde charlar tranquilamente con su amigo soldado, representado un proceso de introspección y reflexión.

Un día Lautaro se despierta solo en casa por primera vez y comienza a recorrer su hogar mientras juega. Encuentra una nota de su madre, que dice que su vecina llegará más tarde a cuidarlo y que dejó comida en la heladera. Durante el almuerzo, el muchacho descubre que su televisor ha desaparecido. Comienza a deambular por la casa, jugando, entra en la habitación de sus padres, algo sin precedente, observa, intrigado investiga la habitación, pero debe salir huyendo porque la vecina acaba de llegar.


Cuando llegan sus padres a la noche, la decepción es casi palpable. Mientras la madre cocina, el padre ayuda al muchacho con la tarea. Al terminar, cenan y los padres explican a Lautaro que su vecina ya no podrá ir a cuidarlo. Esa noche, la discusión entre la pareja es ajetreada y el pequeño hace todo lo posible por abstraerse.


La mañana siguiente, su madre lo despierta temprano y le comunica que tendrá que salir con ellos. Lautaro, sin entender bien a dónde van, los acompaña, llevando unas cajas con objetos. Luego de empezar a recorrer puerta por puerta las casas del vecindario en donde están, Lautaro se da cuenta que su mamá está vendiendo las pertenencias de ella y de su padre.

Absorto, en una de las casas, Lautaro ve como una señora maltrata a su madre en el intento de venderle unos cubiertos, tratándola de oportunista por llevar a su hijo con ella.

Una vez volviendo, Lautaro se encuentra desilusionado por saber realmente por qué estaban desapareciendo las cosas de su casa. El muchacho sufre por la situación, pero intenta buscar una solución. Con esfuerzo, el pequeño logra generar una caja para un jenga que siempre utiliza para jugar y se la da a sus padres, junto con las pocas monedas que tiene.


Al día siguiente, Lautaro sale nuevamente a vender con sus padres, insiste en llevar su cajita con el jenga, su madre no quiere, él insiste y su padre acepta que lo lleve. El tren comienza a llegar a la estación, Lautaro observa que su padre no agarra la caja, cuando el tren llega completamente al andén, Fabian se tira a las vías. Su mamá devastada,con el pasar de ese mes, se ven obligados a mudarse, colocan todas sus pertenencias en cajas y se marchan.

En la misma estación de tren, LAUTARO (29) observa un cartel de una estrella y dentro de la misma contiene el nombre de su padre y el año en el cual falleció. Se da vuelta, agarra una caja de cartón con golosinas entra al tren y comienza a vender.

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